Ciertos alimentos para personas resultan tóxicos para los gatos, especialmente el chocolate y todos aquellos que contienen cafeína. Pide a tu veterinario que te haga una lista con todos los alimentos humanos que no deberías darle nunca a un gato. En cualquier caso, como precaución, lo mejor es evitar darle cualquier alimento para personas.

La digestión y el funcionamiento del organismo de los gatos son muy distintos a los de los humanos, así que los premios que utilices deberían estar especialmente formulados para ellos. Sin embargo, solo porque un premio sea «para gatos» no significa necesariamente que sea la mejor opción para el tuyo en particular. Asegúrate de leer cuidadosamente las etiquetas antes de comprarlos. Dándole premios saludables no solo reforzarás el vínculo que os une, sino que sabrás que no estás haciendo nada que pueda perjudicar su salud.

Déjale jugar con su comida

Además de favorecer su salud y reforzar vuestra complicidad, los premios saludables también pueden ayudar a que haga ejercicio. Los gatos no suelen hacer ejercicio voluntariamente, normalmente prefieren tumbarse a dormir en un sitio soleado, así que tendrás que encargarte de que se mantenga activo. A continuación te damos algunas ideas para empezar, pero seguro que puedes inventarte otros juegos para compartirlos con él.

Jugad a «buscar el tesoro»: Esconde algunos premios por toda la casa y obsérvalo mientras busca por los rincones. Empieza escondiéndolos en sus sitios favoritos y ve ajustando la dificultad del juego según su edad y su estado físico. Aumenta la complejidad solo cuando esté listo; de lo contrario se aburrirá o se frustrará. Si está en buena forma, esconde los premios en zonas en las que necesite estirarse y saltar para alcanzarlos, de ese modo le estarás obligando a jugar durante más tiempo y a quemar más calorías.

Haz tus pinitos como «domador de leones»: Coloca varias sillas en círculo o utiliza la mesa, el sofá y otros muebles que tengas a mano. Cuando hayas creado una «pista de circo» segura, anímale a saltar sobre las distintas superficies cuando se lo ordenes. Para hacerlo, coloca un premio sobre la superficie a la que quieres que salte a continuación y repite una palabra como «salta» o «sofá» mientras tocas esa superficie. Descubre a qué velocidad consigues que aprenda una secuencia determinada, como «sofá - silla - mesa - suelo», y luego repítela una y otra vez. Cuando la tenga dominada, intenta que la haga sin darle premios en cada paso (para evitar sobrealimentarlo) y dándole solo uno al final para recompensar su esfuerzo. ¡Ah, y no le digas que en realidad lo haces para obligarle a hacer ejercicio!

También puedes utilizar una pelota o un juguete dispensador de alimento que le obligue a pensar y a moverse para conseguir los premios. Los gatos tienen un poderoso instinto depredador y esta actividad es ideal para liberar ese tipo de energía. Procura estar cerca para ayudarle a sacar el dispensador si se queda encajado bajo el sofá o enrollado en la alfombra.

Es esencial que para premiarle utilices alimentos o premios de alta calidad y bajos en grasa y calorías. Si usas premios inadecuados podrías hacer que engordase y, en el caso de que necesite perder peso, arruinar su programa de adelgazamiento.

¡Inventa nuevos juegos que le ayuden a mantenerse alerta, refuercen vuestro vínculo y le obliguen a utilizar sus habilidades para resolver problemas! Sé creativo y utiliza los premios como motivación. ¡Descubrirás lo listo y ágil que tu gato puede llegar a ser cuando quiere conseguir algo!

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