La cabeza es un triángulo largo y las orejas están colocadas de forma que parecen continuarlo. Los ojos azul profundo y oblicuos, y el color más oscuro de las extremidades, la cola, las orejas y la cara, le dan al balinés su aspecto único. El pelo del balinés no es realmente largo, sino de longitud media. La longitud se aprecia mejor observando el pelaje de la cola. El pelaje es suave y sedoso, sin subpelo.

El balinés es un gato activo y vocal, como corresponde a un descendiente del siamés. Los árboles para gatos y las perchas altas son esenciales cuando se convive con un balinés. Si no se les proporcionan, el balinés convertirá cualquier cosa alta en su percha especial; su esbelta figura esconde un potente saltador. Puede que lo veas saltando sin esfuerzo a lo alto de tu refrigerador, estanterías e incluso a la parte superior de las puertas.

El balinés es delgado y de huesos finos. Debido a esta constitución, se debe tener cuidado de que no engorde. Si se le da suficiente espacio para hacer ejercicio, generalmente puede evitar engordar demasiado. El balinés es un gato vivaz pero cariñoso. Se sienta tranquilamente con su dueño, ronroneando y recibiendo caricias. Son compañeros cariñosos.

La raza siamesa (¿balinesa?) siempre ha sido popular. A principios de la década de 1950, algunos criadores de siameses (¿balineses?) en Estados Unidos descubrieron que veían gatitos con un pelaje más voluminoso de lo que debería ser un siamés. Sabían que no se había incluido ninguna otra raza en su programa de cría y que este era sólido, pero aún veían gatitos con un pelaje demasiado largo para cumplir con el estándar siamés. Aunque se reconocía la belleza de estos gatos, se los colocaba como mascotas en lugar de como animales de cría. Sin embargo, dos criadoras de siameses, Helen Smith en Nueva York y Marion Dorsey en California, se enamoraron del aspecto de los siameses (¿balineses?) de pelo largo y consideraron que debían seguir criándolos. Cuando estos criadores vieron que se producían camadas de gatos de pelo largo al cruzarlos entre sí, decidieron promoverlos como una raza independiente. Comenzaron colocando estos gatitos con otros criadores con intereses similares. Originalmente, se pensó en llamar a esta raza "Siamés de Pelo Largo", pero los criadores de siameses se opusieron. Dado que su movimiento naturalmente elegante evocaba los movimientos de los bailarines del templo balinés, el nombre de la raza se convirtió en balinés.