Tienen orejas grandes y erguidas y arrugas en la frente cuando están alertas. Algunas personas creen que las orejas grandes pueden ayudar a disipar el calor. La cabeza alta, las patas largas, el lomo corto y la cola bien enroscada contribuyen a su silueta cuadrada. Las patas largas en relación con su tamaño contribuyen a la velocidad y agilidad del basenji. Aunque se le conoce como un perro que no ladra, el basenji canta "yodel" y gruñe, por lo que no es mudo. El pelaje es uniformemente corto y liso. Los colores pueden ser rojo, negro, negro y fuego o atigrado, todos con marcas blancas. Las patas y pies blancos son comunes, a menudo con una mancha y un collar.

El basenji puede ser un perro distante; muy cariñoso con su familia, pero no extrovertido con los extraños. Originalmente cazaban en manadas y suelen llevarse bien con otros perros si se les socializa de jóvenes. Sin embargo, algunos pueden ser discutidores con otros basenjis. Los basenjis tienden a ser perros inteligentes, pero no son fáciles de entrenar. Requieren un manejo creativo y paciente para desarrollar sus mejores cualidades. Como se mencionó, no ladran, pero su canto tirolés ciertamente produce bastante ruido. Si se les deja solos, pueden ser mordedores y excavadores. Los criadores y dueños de basenjis a menudo se refieren a ellos como "felinos", ya que se lamen mucho para acicalarse y son tranquilos. También parece que les gusta trepar a lugares altos; quizás para observar sus reinos desde allí.

Los basenjis son perros activos que necesitan y disfrutan de un buen paseo o carrera a diario. Les gusta participar en agility y correr con señuelos. Ya no se utilizan mucho para cazar, pero son perros de familia muy agradables y viven unos 13 años. Los basenjis pueden ser muy protectores de sus familias. Necesitan mucha socialización temprana con otras personas para ser compañeros ideales. Una característica inusual de los basenjis es que las hembras casi siempre tienen un solo celo al año, que ocurre entre agosto y noviembre. Y, por supuesto, emiten su famoso sonido "yodeling". Los basenjis son extremadamente fáciles de asear y mantener limpios con una rápida pasada con un paño o cepillo una o dos veces por semana. Pasan gran parte del tiempo acicalándose y lamiéndose cuidadosamente el pelaje, como un gato.

Los basenjis son perros antiguos cuyo linaje se remonta a los perros parias de los egipcios y, posteriormente, a los perros de caza de las tribus del Congo. Corrían en manadas silenciosas (emiten ruido, pero no ladridos regulares), y solían llevar cascabeles para alertar a sus compañeros humanos de su paradero en la selva profunda. Eran, y siguen siendo, famosos por su aguda vista y su excelente olfato. El basenji recibió su nombre de una señora Burn en Inglaterra alrededor de 1936. Conocido hasta entonces como perro del Congo o derrier del Congo, la palabra "basenji" significa "perro de la sabana" en esa región de África. La raza se ha clasificado como sabueso, ya que es claramente un perro de caza, pero aún se debate si pertenece realmente a los lebreles o a los sabuesos. Los basenjis están permitidos en las carreras de señuelos (un deporte de galgos), pero algunas personas incluso creen que podrían pertenecer al grupo de los terriers. En la década de 1980, varios basenjis se importaron a Estados Unidos desde Zaire y se incorporaron al acervo genético del AKC para ayudar a combatir algunos problemas de salud. Estas nuevas incorporaciones también introdujeron el patrón de color atigrado en el basenji occidental. Los basenjis se consideran perros bastante primitivos genéticamente y en cuanto a su desarrollo. A diferencia de la mayoría de los perros domésticos, solo tienen una temporada de celo al año.