Tienen una barba distintiva que acentúa el hocico, cejas largas y un pelaje exterior áspero que roza el suelo como una falda larga si no se recorta. El pelaje, que muda poco, también proporciona una excelente protección contra el mal tiempo. Su color puede ser atigrado, negro, gris o trigo. Las orejas del Scottie son delgadas y erguidas. El lomo es corto, recto y musculoso, y la cola es de inserción alta. Los Scotties tienen una buena esperanza de vida, de unos 12 a 15 años.

Los terriers escoceses suelen describirse como perros grandes en el cuerpo de un perro pequeño. Son enérgicos, independientes y, a veces, excitables. De adultos, su comportamiento puede volverse temperamental. Algunos scotties solo se adaptan a una persona. Pueden ser agresivos con otras mascotas y tercos con el entrenamiento. En una encuesta, los scotties obtuvieron una alta puntuación en morder a los niños y podrían no ser una buena opción para familias con niños muy pequeños. Sin embargo, estos perros pueden llevarse bien con niños mayores si se les trata con respeto. A diferencia de otros perros, no exigen mucha atención de sus dueños. Son excelentes mascotas para quienes se deleiten con su personalidad, a veces peculiar, y puedan brindarles un manejo suave pero firme.

Si el pelaje áspero de un Scottie se mantiene largo, necesitará cepillado dos o tres veces por semana. Sin embargo, se puede recortar. Se recomienda que un peluquero profesional lo recorte para controlar el pelo de la cabeza y la cola. Los Scotties necesitan ejercicio moderado y se adaptan bien a la vida en la ciudad o el campo. Bastará con paseos diarios o juegos en un patio trasero cercado. Dado que los Scottish Terriers fueron criados para perseguir animales pequeños que viven en madrigueras subterráneas, estos perros son excavadores naturales, por lo que se debe tener cuidado de que no excaven fuera de un patio cercado. También es mejor no soltarlos fuera de un área cerrada.

Los terriers escoceses, conocidos informal y cariñosamente como "Scotties", se originaron en Aberdeen, Escocia. Inicialmente, la raza se llamaba terrier de Aberdeen. Estos perros fueron criados para perseguir zorros, tejones, conejos y otros animales pequeños que viven en madrigueras. La raza se remonta al siglo XVIII, pero su desarrollo hasta la raza que conocemos hoy no se produjo hasta finales del siglo XIX, y el primer Club del Terrier Escocés no se formó en Escocia hasta 1882. Los terriers escoceses se introdujeron en Estados Unidos en 1883. Se hicieron más conocidos entre los estadounidenses en el siglo siguiente porque el perro del presidente Franklin Roosevelt, Fala, era un scottie.