Es un perro pequeño en cuanto a tamaño, ya que pesa solo entre 3,6 y 4,5 kg y mide solo 23 a 25 cm de alto. Las orejas son pequeñas y erguidas, terminando en punta, y los ojos son pequeños y almendrados. El cráneo es plano con un stop poco profundo. La cola está amputada y se lleva alta. El pelaje es uno de los rasgos más distintivos de la raza. Es liso, sedoso y brillante. En lugar de caer al suelo como el del Yorkshire terrier, se adapta a la forma del cuerpo. Su color es azul y canela.

Este no es un perro faldero afeminado. El Silky Terrier tiene un carácter fuerte, siempre dispuesto a afrontar retos y aventuras. A pesar de su tamaño, a este perro le encantaría cazar alimañas si tuviera la oportunidad. Afortunadamente, el Silky puede satisfacer sus necesidades de caza jugando y buscando juguetes en la casa y el jardín. Son perros juguetones, pero también cariñosos. Los Silky Terrier pueden ser excelentes compañeros de juego para niños considerados. Son bastante amigables con los desconocidos, pero pueden ser agresivos con otros perros y mascotas. Son excelentes perros guardianes (aunque se les podría acusar de ladrar demasiado), pero son demasiado pequeños para ser efectivos como perros de protección. El entrenamiento de obediencia es posible, pero debe convertirse en una actividad divertida o el Silky simplemente no jugará.

El Silky Terrier es una buena opción para quienes buscan aventuras a pequeña escala. Estos perros son extremadamente activos, pero debido a su tamaño, pueden satisfacer sus necesidades de ejercicio en espacios reducidos. Son terriers cazadores de corazón, por lo que hay que tener cuidado de que no se alejen en busca de presas. El dueño de un Silky Terrier debe tener buen sentido del humor para apreciar las travesuras que suelen hacer estos traviesos. El pelaje requiere bastante cuidado y debe cepillarse y peinarse cada dos días. El lavado regular ayuda a que el pelaje luzca mejor y evita la acumulación de suciedad que provoca enredos.

El Silky Terrier tiene ancestros resistentes, descendientes de pequeños terriers europeos y, posteriormente, australianos, que cazaban alimañas. La raza se creó en Australia a finales del siglo XIX mediante el cruce del Yorkshire Terrier con el Australian Terrier para crear un perro que combinara el cuerpo más robusto del Australian Terrier con el color y la calidad del pelaje del Yorkshire Terrier. En tan solo unas pocas generaciones, los nuevos perros se reprodujeron con fidelidad y se les denominó Silky Terrier. Surgieron discusiones sobre el peso y el nombre adecuados, pero en 1926 se llegó a un acuerdo sobre el peso. El nombre tardó un tiempo en consolidarse, pasando de "Sydney Silky Terrier" a "Australian Silky Terrier" antes de cambiarse a simplemente "Silky Terrier" cuando la raza llegó a Estados Unidos. Desde su reconocimiento por el American Kennel Club en 1955, la raza ha ido ganando poco a poco una clientela fiel.